Calendario Maya
“Estamos viviendo tiempos de la profecía,
ha llegado la época para la que nos prepararon los abuelos.”
(Don Pascual, sacerdote maya del linaje de los señores Águilas del Sol, pueblo Mam).
Nos han dejado un extraordinario legado a la humanidad. En este se sintetiza toda la sabiduría del mundo antiguo.
Es el instrumento más útil y trascendente, tanto para el ser individual como para todas las naciones, pues nos da la información para un desarrollo completo y armónico.
Les hablo ni más ni menos
que del sagrado Cholq'ij, el Calendario Sagrado, la cuenta de los días."
- Don Ramón Carabala, Sabio Maya Ajq’ijab’
Para vivir la magia de la existencia humana y hacer de nuestra vida un hermoso caminar, los contadores del tiempo maya observan diariamente una matemática interconectada con las energías del cosmos y de la tierra. Esta sabiduría existe desde hace miles de años. El ser humano es un canalizador nato de estas energías, un saber casi borrado que en estos tiempos retoma su aplicación en muchas partes del mundo. La belleza de la naturaleza en este planeta es el reflejo de nuestro corazón en colectivo. Entre muchos calendarios que desarrollaron, el Cholq’ij nos recuerda cómo es el espíritu sagrado que habita en cada uno de nosotros y cómo lo podemos cultivar, día a día. La nobleza y profundidad de muchos sacerdotes mayas que mantuvieron esta cuenta y su tradición, es ahora compartida al mundo basados en sus profecías de armonía para la siguiente era.
“La espiritualidad maya y su calendario sagrado son una llave que conlleva el despertar de los poderes que tenemos en un estado de letargo. Recordemos que el desarrollar la intuición y la visión, el crear y recrear nuestra realidad, es de suma importancia para lograr el propósito de la vida, para dar una gran paso hacia nuestra trascendencia. La espiritualidad en estos tiempos tiene un nombre, y ese nombre es Acción.”
(Carlos Barrios, guía espiritual Ajq’ijab’)
“La visión del futuro es, para muchos, como un imposible.
Algunos esbozan una sonrisa,
pero al final todos estamos atentos
pues en nuestro interior persiste un recuerdo del futuro.
Nadie puede negar la existencia de guías visionarios.
Para nosotros esto es un gran conocimiento,
y quien viene con ese don debe desarrollarlos para el bien.
Nuestros profetas son de estudio y de tradición.”
(Dionisio Yacoc, Visionario Q’anjo’bal)
“Responderemos qué hemos hecho con esta maravillosa oportunidad que llamamos vida. Es interesante saber si venimos de las estrellas. Pero es más importante darnos cuenta que somos parte del cosmos y aunque solamente una partícula en la inmensidad del universo, nuestro destino va unido al de la creación. Cada ser tiene también un papel, un destino que cumplir. Así es que cada fragmento de la existencia es transcendente.”
(Don Isidro, Sabio Maya Ajq’ijab’)
"Nuestros ancestros nos enseñan que tenemos tres dimensiones de vida. La primera es nuestro cuerpo material, que debemos administrar correctamente. La segunda es la dimensión social, desde nuestra cosmovisión la sociedad no sólo la constituyen hombres y mujeres sino también los árboles, los lagos y las montañas, las rocas y los animales, toda la madre naturaleza. Nuestra responsabilidad es ser armoniosos con todo. La tercera dimensión es la espiritual, es nuestra relación natural con todo aquello que no podemos ver pero podemos sentir. Hay que encontrar equilibrio en las tres dimensiones para la plenitud de la vida. Es hoy que podemos transformarnos cada uno. El cataclismo es mental y por siglos esperan el nuevo amanecer. Pero el amanecer ya está en nosotros, siempre viene llegando. No hay que convertirse en maya para lograr lo que nosotros estamos viendo. Hay que encontrar sencillez y conectarse con las energías. Deseamos que entre más conocimiento tengamos, más sencillos seamos. Con más observación y silencio para aprender, porque hablamos mucho y hay pocas acciones. Desde la tranquilidad podemos hacer mucho.”
(Tat Pedro Yac Noj, guía espiritual Ajq’ijab’)
“Qué hermoso es entender todos los lenguajes del universo. El lenguaje del alma, del espíritu, del ser de cada planta, de cada árbol, de cada animal; el lenguaje y espíritu de las aguas, los mares, los cenotes y los lagos; el de las estelas, pirámides, piedras; aquél de las galaxias, del sol, la luna y las estrellas… todos tienen su esencia o nawal. Somos inspiración, respiración, transpiración y traslación de este gran universo, de esta gran madre tierra.”
(Nan Abuela María Faviana Chochoy Alva,
guía espiritual Ajq’ijab’)